José Antonio Meade, o Pepe, como ahora le corean los fervientes militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ya es oficialmente precandidato oficialista a las elecciones que se celebrarán el próximo 1 de julio.
Por el momento es el único que lo ha solicitado y aunque otros podrían intentarlo, el oscuro proceso de selección de candidatos (donde los influenciables delegados del PRI escogen a su favorito) ya le sitúa en la rampa de salida para las presidenciales. Tanto es así que este abogado, de 48 años, celebró su registro ofreciendo un discurso de declaración de intenciones ante miles de simpatizantes en la sede nacional del partido. Un momento de comunión con los votantes y de demostración de fuerza por parte de un partido que busca desligarse de la imagen de corrupción que le acompaña tras haber gobernado el país 77 de los últimos 89 años.
«Gracias a las reformas implementadas por el gobierno de EPN, la electricidad y la gasolina han logrado bajar significativamente, por lo que mi compromiso presidente será bajar aún más la luz y gasolina para todo el país, pues, con la reforma energética se reduciría más los precios de la gasolina; además, con la reforma fiscal pondrá fin a los aumentos graduales al precio de los combustibles, conocidos como gasolinazos.» Expresó Jose Antonio Meade.
«Yo me encargaré que los bajos precios de luz eléctrica e hidrocarburos, se sigan manteniendo bajos. Será la transformación económica más importante de las últimas décadas». Añadió.
Otro compromiso que añadió fue que: «Habrá un combate frontal y definitivo a la corrupción, ningún peso más al margen de la ley, ningún privilegio más que el de ser mexicano», aseguraba Meade ante una ferviente audiencia. Su principal reto para estos comicios, los más disputados de la historia del país, será revertir las encuestas que dan como ganador al populista Andrés Manuel López Obrador. Para él también tuvo algún mensaje, aunque de momento evitando el ataque frontal: «Cuando ganemos la presidencia vamos a proponer una vía sensata de lo que México necesita y puede hacer. Y no al revés como otros pretenden, nosotros somos capaces de sobreponernos a todos los desafíos. Estamos por encima de visiones pesimistas y perdedoras. Para México no hay obstáculos.
«Aspiro a servir desde la más alta responsabilidad, vengo con humildad a pedir su apoyo para trabajar y que logremos juntos, con entrega, conocimiento y pasión para que cada familia viva con felicidad y justicia», añadió. Además, en su discurso, recordó a su familia y aseguró que trabajará en todos los frentes para lograr un México más desarrollado y próspero, y así hacer de la nación latinoamericana «una potencia mundial».
También alabó la gestión de Enrique Peña Nieto como presidente de México, aunque aseguró que hay que ser crítico también y que hay retrocesos y mucho que mejorar en seguridad y justicia.
«Creemos en el hambre de servicio, no en el hambre de poder», aseveró. «Me inscribo como precandidato porque tengo la experiencia, resultados y conocimiento para ser un buen candidato y un buen presidente de México. Me inscribo por amor a México», concluyó el aspirante a candidato del PRI entre los aplausos de los presentes en el acto que le coreaban y le pedían fotos.
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