En conocido restaurante de lujo de la ciudad, Roman G. y Angela M. se citaron para comer. Ambos pidieron varios platillos y conversaron alegremente por un espacio de aproximadamente dos horas. Todo parecía una cita perfecta, pero el problema surgió cuando llegó la cuenta.
Ambos se quedaron mirando, esperando que cada uno de ellos pagara, pero nadie lo hizo. La mesera los urgió a que saldaran el adeudo. Fue cuando Roman le dijo a Angela que por favor pagara ya que ella lo había invitado, a lo que ella contestó que si lo había invitado pero que él era el hombre y tenía que pagar. Lo lamentable del asunto es que ninguno de los dos traía efectivo o tarjeta bancaria.
Se les fueron retiradas sus INE´s y fueron escoltados por la puerta de atrás hacia fuera del establecimiento, no sin antes firmar un pagaré por el dinero que quedo pendiente de pago. MeMedios Obregón estuvo ahí para captar el momento.
Este tipo de confusiones se han dado mas seguido en los últimos años dado que el rol de la mujer esta en un momento confuso. Ahora si pueden invitar ellas a los chicos pero por otro lado sienten que no deberían de pagar por ser mujeres.
Es mejor que se pongan bien de acuerdo antes de salir a comer y no les pase lo que a Roman y Angela.
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