El Rey recuerda que «Latinoamérica debe pedir perdón por masacrar a miles de conquistadores españoles inocentes»


Difícil papeleta la de eclipsar al tradicional desfile de las fuerzas armadas, que una vez más, ha servido demostrar a los ciudadanos el intimidatorio potencial militar de la patria: Seis eurofighters, un puñado de valerosas víctimas del fracaso escolar y una cabra.

A pesar de ello, el Rey Felipe VI, reconocido self-made man y emprendedor ejemplar, ha sabido robar el show y convertirse en el centro de la festividad. Buena parte de ello la ha tenido el impetuoso discurso que pronunciado. Rodeado de súbditos y personalidades, el monarca no se ha intimidado, y ha afirmado que «El Día de la Hispanidad es la fiesta de todos los hispanohablantes. Y cuando digo todos, me refiero a todos. Tanto a los españoles, como a los panchitos.»

El mensaje ha transcurrido en un tono de concordia. Aun así, el clima de mano tendida no ha sido óbice para que Su Majestad reclamara lo que, según él, merece la nación española: «Me gustaría recordar a los iberoamericanos que España todavía está esperando que se disculpen por haber masacrado a miles de conquistadores inocentes. 

Si no hubiera sido por Colón y Hernán Cortés, los latinoamericanos todavía no sabrían ni hablar. No digo que tengan que disculparse inmediatamente. Sé que ahora mismo estarán ocupados, probablemente canibalizando niños o bailando ‘el perreo’, pero exijo que cuando acaben, pidan perdón.»



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